En un cubo de Rubik clásico, cada una de las seis caras está cubierta por nueve pegatinas de seis colores uniformes (tradicionalmente blanco, rojo, azul, naranja, verde y amarillo) Un mecanismo de ejes permite a cada cara girar independientemente, mezclando así los colores. Para resolver el rompecabezas, cada cara debe volver a consistir en un solo color.
El cubo celebró su 25º aniversario en 2005 por lo que salió a la venta una edición especial del mismo en la que la cara blanca fue remplazada por una reflejante en la que se leía "Rubik's Cube 1980-2005". En su 30º aniversario, en 2010, se comercializó otra edición especial que estaba fabricado en madera.
Existen variaciones con otro número de cuadrados por cara. Las principales versiones que hay son las siguientes: el 2×2×2 "Cubo de bolsillo", el 3×3×3 el cubo de Rubik estándar, el 4×4×4 (La venganza de Rubik), el 5×5×5 (El Cubo del Profesor) y desde septiembre de 2008 el 6×6×6 (V-Cube 6) y el 7×7×7 (V-Cube 7) de Verdes Panagiotis. La empresa Shengshou lanzó al mercado a principios de 2012 cubos de 8x8x8 y 9x9x9.
El cubo de Rubik es muy bueno para mejorar la visión espacial. De hecho, su inventor, Erno Rubik, creó el cubo de Rubik no como un juguete, sino como una herramienta para enseñar a sus alumnos cómo se mueven los objetos en el espacio.
Además, si intentas resolverlo lo más rápido posible (speedcubing) además de la visión espacial estarás ejercitando la agilidad mental.
El rompecabezas consta de un cubo formado por pequeñas piezas. Cada cara del cubo tiene 9 piezas. Estas piezas, de diferentes colores, pueden cambiar de posición a voluntad del jugador siguiendo unos movimientos simples.
Para resolver el puzzle se debe formar un cubo con todas las piezas de cada cara del mismo color.